INFORME ESPECIAL.-
Facundo Regalía es uno de los pocos argentinos que sobreviven en el exterior y la última joven promesa que tiene alguna chance de seguir mostrándose en autos de fórmula. Esta semana se confirmó su participación en la F3 Italiana por lo que se convirtió en el único piloto que seguirá en este tipo de autos al menos en Europa.
Esteban Guerrieri, de estupenda actuación en la World Series categoría en la que peleó el campeonato hasta la última fecha de 2010, seguirá su campaña en Estados Unidos y probará suerte en la Indy Lights.
En la corta lista de argentinos en categorías importantes del mundo, aparecen Federico Villagra en el mundial de rally, y Matías Russo y Luis Pérez Companc en '24 horas de Le Mans'. La nómina no es extensa y debería ser un poco mas nutrida. Es el doloroso presente de los pilotos nacionales en el mundo.
Está claro, la tendencia apunta a la casi desparición de pilotos argentinos en el exterior, y salvo algún giro de 180 grados en la economía nacional o de Europa que haga bajar drásticamente los costos, no se avizora un futuro promisorio lamentablemente.
La confirmación de Regalía como único argentino en una F3 europea, obliga a revisar los antecedentes de argentinos en las categorías cercanas a la Fórmula 1. Salvo el amague de Pechito López con el frustrado proyecto de USF1, nadie ha estado cerca de la máxima categoría de autos del mundo. Tampoco en Estados Unidos en la Indy, y menos en la Indy Lights (ahora apareció Guerrieri).
Veamos. En 1996 en la por ese entonces llamada Fórmula 3000 (hoy GP2) tres argentinos tomaron parte del campeonato. Gastón Mazzacane fue el único que corrió todo el año en el equipo Auto Sport Racing, en tanto que Esteban Tuero (Draco) corrió 6 fechas y Norberto Fontana una sola carrera.
En 1997 siguió corriendo Mazzacane en el mismo equipo y en 9 carreras se agregó Emiliano Spataro en el Coloni. En 1998 Mazzacane pasó al Astromega y fue acompañado en 6 carreras por Brian Smith en el Nordic.
En tres temporadas completas de la F3000 (96,97,98) ningún argentino sacó puntos, hasta que en 1999 lo logró Norberto Fontana con el Fortec quien sumó dos 5º lugares (Mónaco y Alemania) y quedó 13º con 4 puntos. Ese año también corrieron Brian Smith en el equipo Monaco Motorsport 4 fechas, Mazzacane con el GP Racing 5 fechas, y Nicolás Filiberti una carrera con Durango.
Ese año, en el que Nick Heidfeld fue campeón de la F3000, fue el más prolífico para pilotos argentinos cerca de la máxima, aunque ninguno peleó puestos importantes y solamente sacó puntos Fontana.
Pero llegó el 2000 y los cuatro argentinos desaparecieron de la categoría, sin reemplazantes. Mejoró la situación cuando Gastón Mazzacane el 12 de marzo debutó en la Fórmula 1 con un Minardi en Melbourne.
En 2001 el piloto platense siguió en la F1 pero en Prost con motores Ferrari en un proyecto destinado al fracaso del francés ex campeón mundial. Sin embargo en la F3000 de ese año aparecieron nuevamente Nicolás Filiberti (cuatro carreras) y Norberto Fontana (tres carreras) en el team del mismo Prost en la categoría. Ninguno pudo sacar puntos.
En 2002 y 2003 ningún argentino participó hasta que en 2004 apareció José María López con el equipo CMS Perfomance y logró dos podios nada menos que en el callejero de Monte Carlo y en el histórico Spa Francorchamps. Fue 6º con 28 puntos, los mismos que acumuló otro talentoso argentino, Esteban Guerrieri con el BCN de Enrique Scalabroni. Guerrieri hizo podio en Hockenheim y tuvo una gran labor, en el campeonato que ganó Vitantonio Liuzzi.
En 2005 López, ya vinculado a Renault Sport, pasó al equipo DAMS y logró la victoria en Barcelona el 8 de mayo y con cierta irregularidad en su auto fue 9º en el campeonato que ganó Nico Rossberg en pelea directa con Heikki Kovalainen (compañero de Renault de López). Juan Cruz Alvarez apareció también ese año con un auto del Campos Racing y quedó 18º en el campeonato al sumar 4,5 puntos.
Un año después el cordobés transitó su último año en el plano internacional, cuando corrió con el equipo Super Nova y fue 10º en el campeonato. López hizo la pole en Magny Cours, e hizo podio en ese mismo autódromo francés y en Alemania. El campeón fue Lewis Hamilton, escoltado por Nelson Piquet.
Sin embargo fue Ricardo Risatti el último argentino en la GP2. Con el Trident Racing corrió en Turquía, Italia y Bélgica, quien logró un punto y fue 28º en el campeonato que ganó Timo Glock. Lo que viene después es la nada. En temporadas 2008, 2009, 2010 y la que viene de 2011 ningún argentino estará en GP2. Un venezolano ganó el año pasado el título máximo, Pastor Maldonado. Fue subcampeón el mexicano Sergio Pérez, ambos instlados en la F1 en 2011. Ni mencionar la cantidad de brasileños que participaron en las últimas temporadas junto con los argentinos, que si bien son cada vez menos también, siempre tienen su presencia bien marcada en al espectro internacional.
Todavía muchos siguen preguntándose cuándo regresarán aquellos tiempos en los que un piloto argentino disputaba un mundial de pilotos de F1. Es una pregunta insistente en cada reunión de aficionados al automovilismo. Pero lamentablemente es una pregunta cuya respuesta duele. No solamente al leer este detalle de quienes estuvieron cerca y no pudieron, sino al observar que el presente y el futuro están casi vacíos para la ilusión de la máxima categoría. Y lo peor, es que nos estamos acostumbrando.
Andres Perco
Esteban Guerrieri, de estupenda actuación en la World Series categoría en la que peleó el campeonato hasta la última fecha de 2010, seguirá su campaña en Estados Unidos y probará suerte en la Indy Lights.
En la corta lista de argentinos en categorías importantes del mundo, aparecen Federico Villagra en el mundial de rally, y Matías Russo y Luis Pérez Companc en '24 horas de Le Mans'. La nómina no es extensa y debería ser un poco mas nutrida. Es el doloroso presente de los pilotos nacionales en el mundo.
Está claro, la tendencia apunta a la casi desparición de pilotos argentinos en el exterior, y salvo algún giro de 180 grados en la economía nacional o de Europa que haga bajar drásticamente los costos, no se avizora un futuro promisorio lamentablemente.
La confirmación de Regalía como único argentino en una F3 europea, obliga a revisar los antecedentes de argentinos en las categorías cercanas a la Fórmula 1. Salvo el amague de Pechito López con el frustrado proyecto de USF1, nadie ha estado cerca de la máxima categoría de autos del mundo. Tampoco en Estados Unidos en la Indy, y menos en la Indy Lights (ahora apareció Guerrieri).
Veamos. En 1996 en la por ese entonces llamada Fórmula 3000 (hoy GP2) tres argentinos tomaron parte del campeonato. Gastón Mazzacane fue el único que corrió todo el año en el equipo Auto Sport Racing, en tanto que Esteban Tuero (Draco) corrió 6 fechas y Norberto Fontana una sola carrera.
En 1997 siguió corriendo Mazzacane en el mismo equipo y en 9 carreras se agregó Emiliano Spataro en el Coloni. En 1998 Mazzacane pasó al Astromega y fue acompañado en 6 carreras por Brian Smith en el Nordic.
En tres temporadas completas de la F3000 (96,97,98) ningún argentino sacó puntos, hasta que en 1999 lo logró Norberto Fontana con el Fortec quien sumó dos 5º lugares (Mónaco y Alemania) y quedó 13º con 4 puntos. Ese año también corrieron Brian Smith en el equipo Monaco Motorsport 4 fechas, Mazzacane con el GP Racing 5 fechas, y Nicolás Filiberti una carrera con Durango.
Ese año, en el que Nick Heidfeld fue campeón de la F3000, fue el más prolífico para pilotos argentinos cerca de la máxima, aunque ninguno peleó puestos importantes y solamente sacó puntos Fontana.
Pero llegó el 2000 y los cuatro argentinos desaparecieron de la categoría, sin reemplazantes. Mejoró la situación cuando Gastón Mazzacane el 12 de marzo debutó en la Fórmula 1 con un Minardi en Melbourne.
En 2001 el piloto platense siguió en la F1 pero en Prost con motores Ferrari en un proyecto destinado al fracaso del francés ex campeón mundial. Sin embargo en la F3000 de ese año aparecieron nuevamente Nicolás Filiberti (cuatro carreras) y Norberto Fontana (tres carreras) en el team del mismo Prost en la categoría. Ninguno pudo sacar puntos.
En 2002 y 2003 ningún argentino participó hasta que en 2004 apareció José María López con el equipo CMS Perfomance y logró dos podios nada menos que en el callejero de Monte Carlo y en el histórico Spa Francorchamps. Fue 6º con 28 puntos, los mismos que acumuló otro talentoso argentino, Esteban Guerrieri con el BCN de Enrique Scalabroni. Guerrieri hizo podio en Hockenheim y tuvo una gran labor, en el campeonato que ganó Vitantonio Liuzzi.
En 2005 López, ya vinculado a Renault Sport, pasó al equipo DAMS y logró la victoria en Barcelona el 8 de mayo y con cierta irregularidad en su auto fue 9º en el campeonato que ganó Nico Rossberg en pelea directa con Heikki Kovalainen (compañero de Renault de López). Juan Cruz Alvarez apareció también ese año con un auto del Campos Racing y quedó 18º en el campeonato al sumar 4,5 puntos.
Un año después el cordobés transitó su último año en el plano internacional, cuando corrió con el equipo Super Nova y fue 10º en el campeonato. López hizo la pole en Magny Cours, e hizo podio en ese mismo autódromo francés y en Alemania. El campeón fue Lewis Hamilton, escoltado por Nelson Piquet.
Sin embargo fue Ricardo Risatti el último argentino en la GP2. Con el Trident Racing corrió en Turquía, Italia y Bélgica, quien logró un punto y fue 28º en el campeonato que ganó Timo Glock. Lo que viene después es la nada. En temporadas 2008, 2009, 2010 y la que viene de 2011 ningún argentino estará en GP2. Un venezolano ganó el año pasado el título máximo, Pastor Maldonado. Fue subcampeón el mexicano Sergio Pérez, ambos instlados en la F1 en 2011. Ni mencionar la cantidad de brasileños que participaron en las últimas temporadas junto con los argentinos, que si bien son cada vez menos también, siempre tienen su presencia bien marcada en al espectro internacional.
Todavía muchos siguen preguntándose cuándo regresarán aquellos tiempos en los que un piloto argentino disputaba un mundial de pilotos de F1. Es una pregunta insistente en cada reunión de aficionados al automovilismo. Pero lamentablemente es una pregunta cuya respuesta duele. No solamente al leer este detalle de quienes estuvieron cerca y no pudieron, sino al observar que el presente y el futuro están casi vacíos para la ilusión de la máxima categoría. Y lo peor, es que nos estamos acostumbrando.
Andres Perco
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