jueves, 5 de mayo de 2011

A CUATRO AÑOS DE SU PARTIDA RECORDAMOS A CARLOS JARQUE


Luego de luchar con una cruenta enfermedad, ayer falleció a los 61 años Carlos Alberto Jarque, el piloto más importante que dio la ciudad de Tandil, campeón argentino de F-4 y F-2 y protagonista de las principales categorías del país.
El automovilismo argentino y en especial los tandilenses, recibieron ayer la ingrata noticia del fallecimiento de Carlos Alberto Jarque. Su última carrera fue la más cruel y, a pesar del esfuerzo que puso para salir adelante, la enfermedad terminó por vencerlo.
Nacido el 26 de julio de 1946, debutó en el motociclismo el 4 de marzo de 1961 con tan sólo 14 años. A los 24 años hizo su primera incursión en el automovilismo deportivo y llegó a consagrarse campeón argentino en la Fórmula 4 y la Fórmula 2.
Tuvo la ocasión de viajar a Europa, apadrinado por Juan Manuel Fangio, intentando cumplir el sueño de llegar a la Fórmula 1 Internacional, para la cual condiciones no le faltaban.
Sin embargo, sus posibilidades se frustraron cuando estaba a un paso de conseguirlo.
Volvió al país y siguió ligado a los fierros el resto de sus días, Turismo Carretera, Top Race y tantas otras divisionales del país que lo tuvieron como protagonista o siendo partícipe de alguno de los equipos en boxes.

Debut precoz
Su pasión por el deporte motor comenzó a los 14 años cuando en el circuito ubicado frente a La Movediza corrió con una moto Legnano de 50 cc. En ese debut terminó segundo dando muestras de las condiciones y preanunciando lo que sería su vida deportiva.
En la actividad de las dos ruedas siguió hasta agosto de 1970, tiempo en el que ganó 158 carreras, corrió en 14 campeonatos zonales imponiéndose en 13 de ellos y resultando subcampeón en el restante. A pesar de continuar su carrera deportiva con los autos, en noviembre de ese año volvió a correr en moto y a ganar (el triunfo 159), continuando en los años siguientes en las dos especialidades.
Su primera carrera en autos fue en Fórmula 4 en el circuito de General Roca, donde fue ganador en las cuatro carreras que disputó. Además, ese día, en ese trazado, participó en dos carreras de motos en las que también se impuso. Fue un caso único que quedó escrito en la historia del automovilismo argentino.

Una historia plagada de éxitos
Con siete triunfos en la temporada, Carlos Jarque se consagró campeón argentino de Fórmula 4 en 1972.
Decía en una nota realizada en relación a ese momento: “Ganar con un Fórmula es muy especial, se siente el viento y una sensación diferente a lo que sucede en los autos con techo.
En 1973 debutó con el Fórmula 2 que le había regalado Santiago Selvetti y el 4 de febrero en Balcarce volvió a subir a lo más alto del podio. Una serie de tres triunfos más le permitieron alzarse con el segundo campeonato argentino, en este caso el de Fórmula 2.
Las excelentes actuaciones que había realizado Carlitos Jarque ayudaron a que en 1974 lo invitaran a correr en Europa y, de la mano de Juan Manuel Fangio (aunque sin apoyo económico), partió rumbo al viejo continente donde debutó en Fórmula 3 con un auto de la escudería Trivellato, competencia en la que clasificó 18vo. y en la final rompió el motor teniendo que abandonar.
En 1975 fue a correr a España en la especialidad 1430, donde luego de cumplir muy buenas actuaciones fue elegido por los periodistas especializados como el automovilista del año. En ese país también incursionó en carreras de montaña, donde logró el subcampeonato.
Otra de las categorías que lo tuvo entre sus protagonistas fue el rally, cuando el 1978 corrió la Vuelta a América del Sud. Primero fue acompañado por César Giachetti y luego por Jorge Asis (en ese momento periodista del diario Clarín). Fue el único argentino que cumplió todo el recorrido, a bordo de un Torino

La vida por el automovilismo

Ante la pregunta de ¿qué es el automovilismo para Carlos Jarque?, respondió en una de sus tantas entrevistas que siempre de una manera muy especial brindaba a los periodistas que se lo solicitaban: “El automovilismo fue parte de mi vida. Le dediqué muchos años y desgraciadamente me tuve que olvidar y ponerme a trabajar porque el apoyo económico no alcanzaba para seguir corriendo”.
En 1986 incursionó fugazmente en el Turismo Carretera con un Dodge, debutando el 12 de octubre en el Juan Manuel Fangio de Balcarce. Después decidió abandonar definitivamente el automovilismo, pero en años siguientes estuvo presente en distintas pruebas especiales acompañando a otros pilotos que lo invitaban a correr, como las Dos Horas de Turismo Carretera (donde lo hizo con José Edgardo Malisia), o la frustrada carrera de las Glorias que tenía pensado hacer disputar la ACTC, donde iba a correr con el Ford Falcon de Brian Smith.
Otra de las categorías en las que participó fue en la monomarca Datsun ZX 280, donde participó en una de las competencias que se desarrollaron en Tandil en el denominado Triángulo del Parque Industrial.

Un grande
Ayer, a los 61 años, se apagó la vida de Carlos Jarque, el piloto más importante que dio Tandil, ganador de dos campeonatos argentinos, con participación en el automovilismo europeo, donde estuvo a un paso sentarse en un Fórmula 1.
En un párrafo aparte merece destacarse la personalidad de Carlitos. Siempre dispuesto a brindarse para una nota, a contar una anécdota vivida en alguno de los tantos circuitos del mundo que lo tuvieron como protagonista, de brindar un consejo para los que buscaban en él el asesoramiento para seguir sus pasos en el automovilismo deportivo y hasta para ofrecerse a ser el conductor cuando junto a este cronista y a otros amigos viajaba para seguir viviendo de cerca una carrera de autos o de motos, su pasión.

Se fue un grande del automovilismo de esta ciudad y del país. No sólo por lo que pudiese pensar quien lo haya conocido sino además por las condiciones y bondades humanas que el más grande de todos los tiempos, Juan Manuel Fangio, siempre que tenía ocasión destacaba en él.
En horas de la tarde de ayer sus restos fueron inhumados en el cementerio parque Pradera de Paz .
Una verdadera multitud, entre la que se mezclaban pilotos, mecánicos, amigos, amantes del automovilismo y tandilenses que se emocionaron con sus victorias y títulos, le dieron el último adiós.
Pero Carlitos seguirá entre nosotros, en el sonido de cada coche de carreras de una categoría nacional o zonal, o en el ronquido de las motos que seguirán corriendo en el circuito El Tropezón, donde en los últimos años oficiaba de comisario deportivo (había sido presidente) y era uno de los dirigentes que trabajaba denodadamente por el crecimiento de la actividad.

Fuente: El Eco de Tandil

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