Se cumplieron ayer 10 años de la trágica muerte de Luis Rubén Di Palma, el gran ídolo del automovilismo deportivo argentino, quien falleció tras caer su helicóptero en la zona de Carlos Tejedor en horas de la noche y con una fuerte tormenta de viento y lluvia.
"El Loco" como se le reconocía en el ambiente regresaba a su Arrecifes natal luego de presenciar una de las actuaciones de su hijo Marcos en la categoría Top Race en el autódromo de Santa Rosa, La Pampa ( había marcado el mejor tiempo clasificatorio), tripulando su propio helicóptero que se desplomó y se destruyó.
Di Palma, había nacido el 27 de octubre de 1944, en la denominada "Cuna de Campeones" y desde muy chico se había interesado por la velocidad, dominando las motos y el karting para luego incursionar en forma brillante en el automovilismo deportivo.
Pese al abandono en su debut en el Gran Premio de Turismo Carretera de 1963 con un Ford, posteriormente comenzó a mostrarse como un potencial ganador, cosa que concretó el 31 de mayo de 1964 casualmente en la Vuelta de Arrecifes con un Chevrolet de Turismo Carretera.
Su dilata y exitosa campaña marcó su participación en 620 competencias en distintas categorías, logrando 8 títulos de campeón en Turismo Carretera (2), TC 2000 (1), Sport Prototipo (2), Mecánica Argentina Fórmula 1 (l) y Supercart (1).
El historial indica que su último triunfo lo obtuvo el 13 de septiembre de 1998 en el autódromo de Buenos Aires con un Ford Falcon y su retiro de la actividad también se dio en el escenario capitalino el 28 de mayo del 2000.
El inolvidable Luis, junto a su esposa María Cayetana Lovalvo, trajeron al mundo a José Luis, Patricio, Marcos y Andrea, todos también con sangre "tuerca" que siguieron los pasos de su padre. Ahora también lo hace su nieto Luis José.
