A los tacos.
Florencia Brademann pasó el trapo en el Zonal 2000 y salió campeona con una cupé Taunus. "Creo que a los hombres no les hace gracia que les gane una mujer".
Antes de ponerse la capucha y el casco en el box, se mira en el espejito retrovisor. Se arregla el pelo, se acerca y, como toda mujer, se fija si no se le corrió el delineador de los ojos. Una vez que está todo en orden, sube a la cupé Taunus azul, la pone en marcha y va a la grilla. Unos 40 minutos después festeja en el podio el campeonato, convirtiéndose en la primera mujer que se consagra en el Zonal 2000 pampeano.
Florencia Brandemann es la flamante campeona de la zona más fértil del país. La casterense (nació en Castex en algún año que no quiso develar, de coqueta) se impuso en la categoría que recorre los trazados de Pigüé, Santa Rosa y General Pico, y en donde es la única señorita. “La verdad no sé qué opinan mis rivales de mí. Yo llego al autódromo, subo al auto y cuando estoy abajo, me quedo en el box con mi familia, no me relaciono con los demás competidores. Creo que no les debe hacer mucha gracia que les gane una mujer”, le dice la reina a Olé .
La historia de Flor con los coches de competición comenzó en 2006, cuando su hermano Hernán, piloto de la misma divisional, le cedió un Opel K180. “La verdad es que no tenía ni idea de autos de carrera, no sabía ni dónde tenían las ruedas. Pero de a poco me fui metiendo, aprendiendo y ahora es algo con lo que me divierto un montón”, sostiene quien en su adolescencia practicaba equitación. “Por nuestra actividad (trabaja en la empresa familiar de consignación de hacienda y acopio de cereales), siempre estuvimos ligados a las actividades del campo, pero cuando fui al autódromo me encantó. Ahí conocí a Simón (Heim, preparador del Taunus y ex piloto de TC Pista), que le hacía el coche a mi hermano, y me puse a correr. En el 2007 hice un par de carreras porque mi hermano tuvo un accidente, pero el 2008 lo hice completo y terminé tercera. Al año siguiente quedé segunda, y en este conseguí el título”, cuenta Bradenmann, la misma que hace unos años fue noticia por ser la primera mujer que remató hacienda en el Mercado de Liniers. “Ahí me sentí más observada por los hombres, parecía que decían `qué hace ésta acá´. Fue una rareza total”.
Cuando no le toca manejar la cupé, Florencia recorre todos los fines de semana los 50 kilómetros que separan Castex de General Pico para ir al taller donde está el vehículo. “Voy a ayudar. Al principio miraba cómo hacían todo y trataba de entender, pero de a poco me fui interiorizando y ahora ya sé algunas cosas. Por ejemplo, sé regular válvulas. Y cuando vamos a las carreras, soy la que manejo el motorhome con el coche enganchado atrás. Disfruto mucho del automovilismo”, confiesa.
La joven no piensa en ascender dentro de la actividad. Sólo se satisface con seguir divirtiéndose conduciendo su Taunus en el Zonal 2000 y pasar días enteros en el taller. “Encontré un pasatiempo. Cuando empecé ni pensaba en ganar una carrera, así que con todo lo que logré ya estoy hecha... Aunque no te voy a negar que me va a encantar salir a pista el año que viene con el uno en los laterales”.
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Fuente Ole Deportivo
