jueves, 23 de enero de 2014

UN GESTO QUE FANGIO NO ESPERABA….



Miguel Eduardo Colazo
  Don Domingo Marimón tenía la sana y saludable costumbre, que a él le provocaba un placer muy especial, de invitar más o menos cada dos meses a sus amigos a almorzar a su casa del Cerro de las Rosas, Córdoba, para agasajarlos con una paella que él mismo se encargaba de preparar, con la ayuda de su hija y yerno.