miércoles, 29 de diciembre de 2010

"Me equivoqué cuando dije que volvía a correr"

  • DIARIO OLE DEPORTIVO
    TRAVERSO
El 7/8/05, en Olavarría, dijo "no corro más". Fue así.



Con flamantes 60 años (los cumplió ayer), Juan María Traverso habló de su frustrado regreso al TC, el avance de los pibes y los argentinos y la F-1. ¡Ah, y les pidió jubilación a Ortelli, Martínez y Silva! Imperdible.
-Juan, el tango Volver reza que 20 años no es nada, ¿y 60? -Ja, ja, ja, es el triple… Hay que ser realista de cómo son las etapas en la vida, las cuales uno las va descubriendo a medida que las va cumpliendo. Yo lo cargo a Cocho López, porque cuando empecé tenía 14, y él 18, y lo veía como un tipo grande, ya piloto. Y hoy, con todo lo que se hizo, parece más chico. Y yo miento al revés. Voy a una reunión, viene un tipo y me pregunta: “¿Traverso, usted cuánto tiene?”, 68. “¡Mierda, qué bien que está!”. Porque si digo 60, dicen: “Ah, está bien”. Y si miento y digo 54, como hace Cocho, dicen: “¡Uy, está hecho mierda!”.
-Y este año casi cantás Volver, ¿qué pasó? -No, no daba. En realidad, puedo manejar un auto si me pongo en estado físico y me entreno, porque manejar un auto de cualquiera de las categorías que tenemos en Argentina no es tan complicado. Son autos simples, tienen una tecnología bárbara y ni fuerza tenés que hacer, porque con la dirección hidráulica es sencillo. Lo que no puedo es practicar un deporte agresivo, donde el auto es un arma, que la podés usar dentro del reglamento, contra el nieto de Di Palma, o el hijo del Pincho Castellano, o el hijo de Canapino. La verdad es que me equivoqué cuando dije que volvía. Porque fui a ensayar con el auto, que era el Torino de Pechito López del año pasado y la verdad me sorprendió por cómo andaba, y estuve a dos o tres décimas de Fontana. Entonces dije “correr puedo”, pero cuando vi a varios corredores que había en esas pruebas, todos pibes, me dije “vos no podés correr”.
-O, la verdad, ¿no tenías miedo de que te pintaran la cara? -No, no. Quizás el mismo miedo de que me pintara la cara el Yoyo Maldonado en su época. Eso es siempre igual. Ni yo, ni Maldonado, ni el Loco Di Palma éramos mejores o peores que los pibes que corren hoy. Corredores buenos hubo siempre. Lo que no soporto es que me pregunten “¿Fangio o Schumacher?”, eso es una pelotudez, porque no podés compararlos. Lo mismo cuando vienen y me dicen “Fulano es tu sucesor”, otra boludez, porque yo hice lo que hice, Mouras hizo su historia y Canapino tendrá la suya. Cada uno es dueño de su historia.
-¿Cómo viste el campeonato de Canapino? -Es bueno, y lo que más me sorprende es su personalidad, tiene 20 años.
-En eso sí se diferencian los pilotos actuales con los de tu época. Hoy son muy medidos en todo lo que hacen.
-Yo te voy a hacer una crítica de la actualidad, y muchos van a decir: “Este quiere que se mate alguien”. El automovilismo es un deporte de alto riesgo, donde la adrenalina, para mí, es una mezcla entre la velocidad, ruido y peligro. Y el miedo, no es que se te rompa el embrague en la largada, sino es lastimarte o matarte. Cualquier cosa de esas tres que le saques, pierde la esencia el deporte. Y el peligro hoy desapareció. Vos ves a los chicos de la actualidad y su preocupación cuál es; cómo anda el auto, si lo va a pasar al de adelante o no, si le pusieron mucha carga. El miedo es el resultado, ni se les pasa por la cabeza si van a parar al hospital o al cementerio. Eso de alguna manera desapareció y no sé si está bien. Vos hoy tenés un campeón de Fórmula Uno de 23 años, como Vettel, que no hizo la escalera lógica para llegar hasta ahí, entonces qué quiere decir… ¡Que todos los demás están en pedo! Se supone que para alcanzar un F-1, vos tenías que correr diez ó 12 años en categorías previas para hacer experiencia y que viniera un tipo, el dueño de un equipo, para subirte en un auto. ¿Qué hizo Vettel?, horas de simulador.
-Igual que Canapino… -Exactamente. Y vamos para ese lado… Hoy los equipos y los dirigentes de la F-1 tienen una lista de 100 tipos para elegir. Entonces agarran y dicen: “¿Cuántos tenemos que midan menos de 1,64?”. 40. El resto afuera. Después dicen: “Necesitamos austríacos”. Hay cinco. El resto váyase. Los tienen a los cinco austríacos ahí paraditos, llaman a una mina y le preguntan: “¿Cuál te gusta más”. Aquél. “¿Es rápido en el simulador?”. Sí. Listo, quedaste. Así eligen a los pilotos.
-¿Y la billetera? -Nooo… -¿Entonces por qué no llegan los argentinos, son feos y las minas no los eligen? -En la F-1 los pilotos cobran. Si vos tenés que pagar es porque no sos bueno. Pechito López es muy bueno acá en el país, casi te diría que es el mejor, no así allá. Si no, lo hubieran llamado. Seguramente cuando lea esto va a decir: “Flaco de mierda”, pero para que se quede tranquilo a mí tampoco me llamaron. Cuando yo iba a subir al Brabham tenía que poner 300 lucas verdes. Pero qué pasaba, yo apostaba a andar bien y decirles: “Si quieren que siga, devuélvanmela con intereses”. Hoy a la F-1 no le conviene tener un argentino, no somos un buen mercado para ellos.
-¿Cuántos pilotos corren por pasión? -El 10% de los miles y miles que hay. Antes corrían los apasionados, nada más. Eran los que corrían en contra de todo; de su familia, de la plata, gastábamos la que no teníamos para poder correr. Hoy un pibe de 13, 14 años gana una carrera de karting, viene el padre y me pregunta: “¿Lo vio?”. Sí, es bueno. “¿Y le podremos conseguir un sponsor…?”. Cuando yo empecé, fui a la cooperativa de Ramallo para ver si me podían tirar algún mango, y atrás fue mi viejo, y les dijo: “No le entrego más el diario si le dan un peso a este atorrante”.
-Antes te pregunté por Canapino...
-Es un gran campeón y es bueno de verdad, pero qué tan bueno… El año pasado Pechito López era imbatible, ¿y, qué, se olvidó de manejar de un día para el otro? Hoy el auto es el 95%, y antes era importante en función de que no te dejara a pata.
-¿Cómo viste que Ortelli, Silva, el Gurí y Fontana hayan quedado fuera del play off de TC? -A Fontana lo saco porque es muy bueno. El resto, que me pedía de buena manera que les dejara lugar a los jóvenes, ahora son los viejos. Así que pueden ir viendo que los chicos vienen a los pedos y son más rápidos, y les importa tres pelotas el lunes para ir al banco, es más, ni cuenta deben tener. Los otros no, tienen que ir a cubrir el banco el lunes. Que se jubilen.
-¿Ves las carreras de Turismo Carretera? -Sí, son entretenidas y es un espectáculo bárbaro, aunque me gustarían que tuvieran más picante. Antes, en el año del pedo, los hermanos Suárez me ganaron una etapa del GP de Arrecifes, de Salto a Areco, 50 kilómetros más o menos, a un promedio de 277 km/h. Hoy, los autos llegan a Ascari a 260 km/h y parece que fueran a los pedos. Y no es así, andan despacio. Me va a llamar la atención cuando lleguen a ese sector a 330, 340.
-¿Qué opinás de los cambios que se barajan para el año que viene, amortiguadores y frenos estandarizados, por ejemplo? -No me gusta porque el TC siempre se caracterizó por tener libertad, y permanentemente se castiga al bueno. En el automovilismo argentino en general, cuanto mejor sos, más kilos de lastre te ponen, si hacés la pole te mandan a la mitad del pelotón, o si venís arrasando en el campeonato te ponen el play off. Todos esos dibujos no sirven para nada y no me gustan. Las largadas, ¿por qué tienen que largar en movimiento? “Y, porque si queda un auto parado…”. Esquivalo. “Y, no, pero te podés matar”. ¡Y matate!, y si tenés miedo de matarte, no corrás, dedicate a otra cosa.