Ayrton Senna Da Silva es considerado por muchos el mejor piloto de la historia de
Inicios. Su primera carrera fue en el Gran Premio de Brasil, ante su público y uno de los GP que a la postre más le costó ganar. En su debut obtuvo una mala clasificación y tuvo que retirarse tras un problema con el turbo de su monoplaza, que portaba un motor Hart.
Fórmulas de promoción. Senna comenzó en Karts gracias a la pudiente situación económica de su padre, que le construyó un vehículo y financió sus primeros pasos. Nunca llegó a coronarse campeón del mundo, siendo subcampeón en 1980, año en el que además se proclamó campeón sudamericano, pero es de su etapa en los karts de donde proviene su dominio en carreras con lluvia, terreno donde el brasileño era simplemente el mejor. Cuando llovía en Sao Paulo, Senna aprovechaba para salir a pista y pulir su pilotaje sobre mojado, uno de los puntos débiles del tricampeón en estos primeros años . Sus grandes actuaciones le valieron un asiento en
Primeros pasos en
Aquella primera temporada le propulsó de inmediato hacia un equipo de mayor entidad, Lotus. En la escudería inglesa permaneció tres temporadas, y en su segunda carrera logró su primera victoria en un Gran Premio. Fue en Estoril, y como no podía ser de otra forma, bajo una intensa lluvia, su especialidad. Esa temporada sumaría otra victoria (en Bélgica) y siete poles. En sus dos temporadas siguientes con Lotus se impuso en dos carreras por año, incluyendo una estupenda victoria en España batiéndose con Nigel Mansell.
Fichaje por McLaren. Considerado ya uno de los mejores pilotos de la época, Ron Dennis confirmó a finales de su última temporada en Lotus su fichaje por McLaren, donde compartiría equipo con Alain Prost. Y no pudo tener mejor debut el brasileño, que terminó alzándose ese mismo año con el título de pilotos, y ayudando con sus ocho victorias (por las siete de Prost) a que la escudería se hiciera con 15 de los 16 GP en juego. Pero esa temporada nació en el seno del equipo británico una de las mayores rivalidades de la historia de
Al año siguiente Prost cambió el rojiblanco de McLaren por el rojo de Ferrari, ya que su opinión había un claro favoritismo hacia Senna en la escudería británica. La marcha del francés supuso la mejor etapa en la carrera de Senna, que logró dos campeonatos consecutivos. El primero tras un nuevo incidente en Japón con su ex compañero, cuando ambos volvían a luchar codo con codo por el campeonato. El año del tricampeonato, Senna cambió de pareja de baile y fue Nigel Mansell el que optó a la victoria casi hasta el final, pero la superioridad de Senna en Suzuka, circuito de gran importancia para él, definió el torneo. Ese año llegó también su primera victoria en Interlagos. Ese sería el último título del que para muchos es considerado el mejor piloto de todos los tiempos, una especie de Dios al volante.
Tras dos años poco exitosos, en los que McLaren sufre problemas técnicos e internos, a lo que se sumaba el dominio del equipo Williams, que consiguió dos títulos, primero con Mansell y luego con Prost, Senna termina firmando por Williams Renault después de la retirada del campeón francés. Eso sí, su despedida del equipo con el que todos le recuedan se produjo de la mejor manera posible, con victoria en Australia.
Fatídico accidente con Williams. Frank Williams, que había seguido la carrera de Senna desde muy joven, tenía todas las esperanzas puestas en él para continuar con el trabajo que habían comenzado Mansell y Prost, y las expectativas eran enormes. A pesar de ello los comienzos fueron difíciles. En sus dos primeros Grandes Premios con la escudería franco-británica, Senna logró las dos poles pero tuvo que retirarse durante la carrera, imponiéndose en ambas ocasiones el que sería su sucesor, Michael Schumacher. La tercera carrera del campeonato sería uno de los días más trágicos de la historia de
Ese GP de San Marino marcó un antes y un después en la competición. El piloto brasileño tenía dudas sobre su participación en la carrera debido a los accidentes de Barrichello, en los entrenamientos del viernes, y la muerte instantánea del austríaco Roland Ratzenberger, en la clasificación del sábado. Aún así, Senna tomó parte en la carrera, pero su comportamiento revelaba un nerviosismo impropio. Esa mañana desayunó con Gerhard Berger y Niki Lauda, que posteriormente afirmaban haberlo visto muy preocupado. Senna solía dar dos vueltas al circuito antes de cada carrera, mientras que ese día dio tres, y al colocar su coche en el primer puesto de la parrilla, momentos antes de la carrera, salío del vehículo para hablar con los periodistas, cosa que no entraba dentro de su rutina habitual. Pero finalmente se subió por última vez a su Williams.
Saliendo desde la pole position, comandó la carrera hasta la fatídica séptima vuelta. Senna se acercaba a más de
El mito. La muerte de Senna fue un mazazo para
El carisma de Senna no tenía límites. No era ni mucho menos humilde. En las pistas se ganó muchas enemistades entre sus rivales, ya que según él, no le querían porque su "pecado es ser rápido". Su prepotencia quedó patente en muchas ocasiones, pero es algo de lo que han adolecido muchos pilotos en el mundo de
Lo que diferenciaba a Senna del resto era lo que no esperabas de él. Actos y afirmaciones que hacían que su leyenda aumentara. Como cuando en el Gran Premio de Bélgica de 1992 detuvo su monoplaza, corriendo el riesgo de ser atropellado, para ayudar a Erik Comas, que acababa de sufrir un accidente. La fundación Senna, que creó en vida, o sus múltiples donaciones anónimas a orfanatos brasileños, son otras muestras de su preocupación por ayudar a los demás. En la pista su ambición no tenía límites. "El segundo es el primero de los perdedores, esa historia de que lo importante es competir no pasa de ser demagogia", afirmaba el brasileño. Senna nunca se dejaba nada sobre la pista, según él mismo, "si en carrera lo tienes todo bajo control, es que no vas al límite". A pesar de ello no era un temerario. Su fuerte carácter religioso hacía que Dios, con el que afirmaba hablar cuando rodaba por la curva de Eau Rouge, en el circuito de Spa-Francorchamps, estuviera siempre presente en su vida, y la posibilidad de un accidente mortal era algo que contemplaba, incluso llegó a afirmar en alguna ocasión que el miedo era una constante en su vida, pero el miedo le fascinaba.
Su prematura muerte, al igual que todas las estrellas que mueren jóvenes, no hizo otra cosa que terminar de mitificar su persona, y envolver su recuerdo de un halo especial, casi divino. Senna se fue, pero como dijo Barrichello diez años después de su muerte, Senna siempre estará con nosotros.
Fuente: Revista Parabrisas
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