viernes, 7 de marzo de 2014

LUÍS, DE LOCO…NADA

A TODO MOTOR
TENGO UN FANTÁSTICO RECUERDO DE LUÍS DI PALMA,
CONMIGO SIEMPRE FUE UN GRAN TIPO.
En 1981, yo corrí por primera vez en la categoría TC 2000 y lo hice con una Cupe Taunus del equipo de Carlos Akel. El auto no era muy bueno, ninguno de esa época lo era, eran motores de no mas de 190 HP, y muy frágiles, los neumáticos de Fliter, esto es cierto, no eran redondos y por lo tanto todo el auto vibraba…


Luís corría con un Dodge marrón con la publicidad de 43/70, a mi ese auto hecho por Berta, me volvía loco me gustaba mucho como estaba diseñado y presentado. Me di el gusto en Las Flores de pedirle a Luís que, me lleve una vuelta a su lado, para mi era un ídolo y no me quería perder esa experiencia. Subí con confianza, en pocos metros note algo que muchos le admiraban, Luís iba sentado como en el living de su casa y en el sillón mas cómodo, tenia tiempo para todo, ponía el auto en la trayectoria perfecta y daba una sensación de, “a este auto lo domino yo”. No daba sensación de ir rápido porque Luís no dudaba, estaba haciendo su trabajo y…lo hacia fácil. Se lo dije al bajarme, “gracias era así como te imaginaba”.

Sobre el final de ese año se corrió en Buenos Aires el premio Coronación, para TC 2000, y allí otra vez apareció Luís y su espectacular Dodge 1500. Luís venia ganándome pero, mi auto jamás se separo más de 10 metros de su Dodge, me di el gusto de “verlo” ahora desde atrás e imaginar a ese tipo sentado, como si estuviera tomando un refresco en su casa de Arrecifes. Yo que lo había vivido desde adentro, ahora lo miraba deslizar su auto delante de mis ojos, es una imagen imborrable.

Adelante nuestro un rezagado frenaba en la horquilla, llegamos pegados puerta a puerta, yo por afuera y Luís un poco mas metido en la cola de el rezagado, así salimos a la recta y como pude doblar toda la horquilla pegado la puerta izquierda del Dodge, lo podía ver a mi derecha a Luís que me miraba. Yo sabia lo que quería. El rezagado adelante, Luís que casi lo empujaba y yo que lo apretaba al “loco” contra el guard rail de los boxes, obligándolo a frenar atrás de ese auto retrasado. Luís me miraba y estoy seguro que se reía…

Se trabo atrás del otro auto y yo pude hacer una diferencia que me llevo a ganar esa carrera. Es lo de menos, lo divertido fue en el podio.
“Aprendiste rápido enanito” susurro Luís, riéndose de la apretada.

Años después, el destino quiso que el último programa de televisión de Luís Rubén Di Palma lo hiciera conmigo. Allí hablamos de todo, de sus hijos, de Traverso, y de cada rival que tuvo.

No puedo olvidar que dijo textualmente:” Yo escribí un libro de más de 200 páginas, donde cuento mis carreras perdidas, como y porque las perdí. Y otro de solo 5 paginas donde están mis triunfos, mis carreras ganadas.” Y agrego;” Vos podes creer que mis hijos solo leen las carreras ganadas”

Con esta metáfora, Luis dejo bien en claro que ninguno de sus hijos quiso aprender, ni quiso escuchar cómo se hace para no perder.

El “Loco” Di Palma, no tenía un centímetro de loco.


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