A TODO MOTOR
TENGO UN FANTÁSTICO RECUERDO DE LUÍS DI PALMA,
CONMIGO SIEMPRE FUE UN GRAN TIPO.
En 1981, yo corrí por primera vez en la categoría TC
2000 y lo hice con una Cupe Taunus del equipo de Carlos Akel. El auto no era
muy bueno, ninguno de esa época lo era, eran motores de no mas de 190 HP, y muy
frágiles, los neumáticos de Fliter, esto es cierto, no eran redondos y por lo
tanto todo el auto vibraba…
Luís corría con un Dodge marrón con la
publicidad de 43/70, a mi ese auto hecho por Berta, me volvía loco me gustaba
mucho como estaba diseñado y presentado. Me di el gusto en Las Flores de pedirle
a Luís que, me lleve una vuelta a su lado, para mi era un ídolo y no me quería
perder esa experiencia. Subí con confianza, en pocos metros note algo que
muchos le admiraban, Luís iba sentado como en el living de su casa y en el
sillón mas cómodo, tenia tiempo para todo, ponía el auto en la trayectoria
perfecta y daba una sensación de, “a este auto lo domino yo”. No daba sensación
de ir rápido porque Luís no dudaba, estaba haciendo su trabajo y…lo hacia
fácil. Se lo dije al bajarme, “gracias era así como te imaginaba”.
Sobre el final de ese año se corrió en
Buenos Aires el premio Coronación, para TC 2000, y allí otra vez apareció Luís
y su espectacular Dodge 1500. Luís venia ganándome pero, mi auto jamás se
separo más de 10 metros de su Dodge, me di el gusto de “verlo” ahora desde
atrás e imaginar a ese tipo sentado, como si estuviera tomando un refresco en
su casa de Arrecifes. Yo que lo había vivido desde adentro, ahora lo miraba
deslizar su auto delante de mis ojos, es una imagen imborrable.
Adelante nuestro un rezagado frenaba en
la horquilla, llegamos pegados puerta a puerta, yo por afuera y Luís un poco
mas metido en la cola de el rezagado, así salimos a la recta y como pude doblar
toda la horquilla pegado la puerta izquierda del Dodge, lo podía ver a mi
derecha a Luís que me miraba. Yo sabia lo que quería. El rezagado adelante,
Luís que casi lo empujaba y yo que lo apretaba al “loco” contra el guard rail
de los boxes, obligándolo a frenar atrás de ese auto retrasado. Luís me miraba
y estoy seguro que se reía…
Se trabo atrás del otro auto y yo pude
hacer una diferencia que me llevo a ganar esa carrera. Es lo de menos, lo
divertido fue en el podio.
“Aprendiste rápido enanito” susurro Luís,
riéndose de la apretada.
Años después, el destino quiso que el
último programa de televisión de Luís Rubén Di Palma lo hiciera conmigo. Allí
hablamos de todo, de sus hijos, de Traverso, y de cada rival que tuvo.
No puedo olvidar que dijo textualmente:”
Yo escribí un libro de más de 200 páginas, donde cuento mis carreras perdidas,
como y porque las perdí. Y otro de solo 5 paginas donde están mis triunfos, mis
carreras ganadas.” Y agrego;” Vos podes creer que mis hijos solo leen las
carreras ganadas”
Con esta metáfora, Luis dejo bien en
claro que ninguno de sus hijos quiso aprender, ni quiso escuchar cómo se hace
para no perder.
El “Loco” Di Palma, no tenía un
centímetro de loco.
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